Martinez Wilhelmine
Fuente de la imagen Hámsters Roborovski Los hámsters Roborovski (Phodopus roborovski) son los más pequeños y rápidos de todos los hámsters y se suelen tener como mascotas. Las características distintivas de los hámsters Roborovski son las manchas blancas donde estarían sus cejas. Estos hámsters son los que viven más tiempo como mascotas, con una media de tres a tres años y medio de edad.
Comportamiento del hámster Roborovski
Los hámsters Roborovski son muy curiosos, aunque se asustan con facilidad y suelen ser bastante tímidos. Los hámsters Roborovski son sociables y, si se les socializa desde pequeños, duermen juntos en un mismo lugar. Los hámsters Roborovski no suelen recomendarse para familias con niños, debido a su temperamento huidizo y sensible. Además, no son tan cariñosos como otras razas de hámsters más robustas.
A los hámsteres Roborovski no les gusta que los cojan en brazos ni que los abracen, y no establecen fácilmente relaciones de confianza con los humanos. Como crecen hasta tener aproximadamente el tamaño de un pulgar, pueden colarse fácilmente por los barrotes de una jaula de hámster estándar, por lo que hay que tener muy en cuenta su alojamiento. Los hámsteres Roborovski son más adecuados para las personas que prefieren observar a su mascota en lugar de jugar con ella.
Debido a su tamaño y características, los hámsters Roborovski pueden ser mascotas cómicas cuando se observan en grupos sociales. Si se mantienen juntos en parejas o grupos de sexos mixtos, los hámsters Roborovski suelen empezar a criar en la primavera siguiente al año en que nació la hembra.
Reproducción del hámster Roborovski
Las hembras de hámster Roborovski suelen ser estériles en torno a los 24 meses de edad, pero los machos suelen ser fértiles durante la mayor parte de su vida.
Los hámsters Roborovski tienen una gestación de entre 23 y 30 días. Cuando nacen, las crías parecen judías rosas. A los 5 ó 6 días, la piel empieza a pigmentarse y a los 6 u 8 días empieza a salir pelo. A los 10 ó 12 días, las crías están cubiertas de pelo corto y los párpados empiezan a madurar. En este momento, las crías también pueden empezar a deambular por la jaula, aunque todavía son ciegas.
La hembra suele recoger a las crías errantes y devolverlas al nido, lo que puede ir acompañado de chillidos por parte de las crías, pero no suele ser nada preocupante. A los 14-16 días de vida, los ojos se abren y las crías están completamente cubiertas de pelo.
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