En el Antiguo Egipto, en la época predinástica, había grandes cantidades de hipopótamos junto al río Nilo. Los hipopótamos se alimentaban en los humedales de las orillas del Nilo. Los egipcios temían a estos hipopótamos por su tamaño, sus grandes bocas y dientes y su naturaleza agresiva.
Sin embargo, como los hipopótamos eran habitantes (a menudo en el mismo lugar) del fértil lodo del Nilo, los egipcios los consideraban símbolos de rejuvenecimiento y renacimiento.
El aspecto de los poderes de los hipopótamos relacionado con el nacimiento también aparece en la complicada forma de la diosa "Taweret" (Tauret), que se suponía protegía a las mujeres en el parto.
Su cuerpo, de aspecto preñado, tiene cabeza de hipopótamo y cola de cocodrilo. Se mantiene erguida como un humano y tiene extremidades de león como brazos y piernas.
Los hipopótamos macho, en cambio, se asociaban con el dios "Seth" y sus características destructivas y negativas, porque la visión de un hipopótamo macho enfadado, entonces y hoy, es un espectáculo formidable.
Debido a la tendencia de los hipopótamos a pastar en el trigo recién cultivado, volcando barcos, hiriendo e incluso matando a personas, el hipopótamo fue cazado a menudo y hoy está extinguido en la parte baja del Nilo.
Las investigaciones más recientes han descubierto que los hipopótamos vagaban por suelo inglés en un periodo desconocido, hace entre 500.000 y 780.000 años. Los hipopótamos vivieron en la era del "Pleistoceno medio", en la que las temperaturas en Inglaterra eran exóticas y equivalentes a las de la sabana africana.
Los fósiles hallados por los geólogos demuestran que los hipopótamos de aquella época eran absolutamente descomunales, casi la mitad del tamaño de los actuales, que pesaban unas 6 toneladas, frente a las 4 toneladas de los hipopótamos actuales.
Al parecer, estos hipopótamos tenían ojos muy prominentes que les servían de periscopio cuando se sumergían en el agua. Los hipopótamos actuales tienen ojos muy pequeños situados en lo alto de sus grandes hocicos.